lunes, 20 de enero de 2014

Así se vive la campaña uribista en Bogotá

Así se vive la campaña uribista en Bogotá


Aunque que Bogotá no ha sido el principal 'fortín electoral' del expresidente y político antioqueño, Álvaro Uribe Vélez, el más reciente acto de campaña en la capital país estuvo lejos de ser uno de los multitudinarios eventos a los que el exmandatario está acostumbrado.
Sin crear mucha expectativa por su llegada, el expresidente y hoy candidato al Senado de la República, por el movimiento Centro Democrático, llegó unos 40 minutos más tarde de lo indicado, al centro comunal del barrio Carvajal en la localidad de Kennedy, al sur de Bogotá.
Un auditorio de unas 100 personas, en su mayoría de adultos de avanzada edad, esperaban a que hiciera su ingreso. Y en medio de un fuerte esquema de seguridad, rodeado por sus escoltas y una gran cantidad de Policías en motocicletas, finalmente entró Uribe. Unos diez minutos después hizo lo propio el candidato presidencial por esa colectividad, Óscar Iván Zuluga, quien también llegó con su propio cuerpo de seguridad. Por momentos daba la sensación de que en el lugar había más policías y escoltas que público.
Y mientras los más 'convencidos de su causa' se ubicaron en el lugar más cercano a la tarima gritando: ¡Ese es! ¡Ese es!, la gran mayoría de personas se mantuvieron tímidas en la parte de atrás. Tan así fue que el presentador del evento tuvo que invitarlos a acercarse a la tarima.
De a poco, los tímidos asistentes, entre quienes había pocos jóvenes, fueron ocupando las sillas dispuestas al frente de la tarima que estaba adornada por carteles con el nuevo logo del Centro Democrático.
Uribe fue el primero en tomar la palabra ante un público expectante que nunca entró en euforia por su presencia en el lugar. "No es posible que el salario mínimo solo suba 26.000 pesos", dijo el expresidente después de hacerse al micrófono.
Como es habitual en sus intervenciones, Uribe se dedicó, como forma de hacer campaña, a señalar los que en su concepto son los 'desatinos' del Gobierno del Presidente Juan Manuel Santos.
Su auditorio aplaudía sin mucha emoción. Luego, continuó. Criticó resultados en seguridad, dijo que el Gobierno no se preocupa por los trabajadores. Luego, el tema fue San Andrés y el fallo de la Corte Internacional de La Haya donde Colombia perdió mar territorial y aseguró que desde el Congreso no permitiría que el país perdiera más territorio. En definitiva, defendió que, junto con Óscar Iván, iban a hacer un buen gobierno.
El mismo Óscar Iván, cuya campaña presidencial, al menos en este evento, pasó a segundo lugar, tuvo que esperar la intervención del Uribe y hasta la de varios asistentes para poder hablar. Incluso las piezas publicitarias giraban en torno al exmandatario. Fuera de su silueta en el logo oficial del movimiento, su rostro aparecía en los múltiples carteles que adornaban el lugar, con los colores de la bandera, invitando a votar por él al Senado.
Algunos asistentes se sorprendieron incluso por la rapidez con la que estuvo preparado toda la decoración con el nuevo logo, que solo hasta el viernes en la tarde fue avalado por el Consejo Nacional Electoral.
Llamó también la atención de los asistentes las dos esbeltas jovencitas que permanecieron de pie en cada uno de los extremos de las escaleras de la tarima, haciendo las veces de protocolo. No modularon palabra, no se movieron, pero su belleza deslumbraba. Tampoco tenían ninguna consigna, distintivo de la campaña o función diferente a la de sonreír.
La curiosidad hizo que muchos asistentes permanecieran en el lugar hasta el final del evento y disfrutar del jugo y el pastel que se ofreció solo hasta cuando todas las intervenciones terminaron. Muchos comieron y sin más ceremonia dejaron el lugar. Y a pesar de la decoración, las bombas y pancartas, este evento estuvo lejos de aquellos multitudinarios escenarios en los que la muchedumbre entraba en euforia por efecto de la presencia del expresidente Uribe en el lugar. Lo que indica que Bogotá no será el gran elector del uribismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario