jueves, 23 de enero de 2014

La cámara de ejecución más activa de EU: así es el sitio donde murió Edgar Tamayo

La cámara de ejecución más activa de EU: así es el sitio donde murió Edgar Tamayo


 este miércoles 22 de enero, el mexicano Edgar Tamayo fue ejecutado en la Penitenciaría Estatal de Huntsville, la prisión texana más antigua. Ahí está llamada Unidad Walls, que hospeda la cámara de ejecución más activa de los Estados Unidos.

En esa sala se han ejecutado 508 sentencias de muerte desde 1982. De acuerdo con el periódico The New York Times, en ese plazo, el estado de Texas ha ejecutado más reos que los estados de Alabama, Florida, Georgia, Missouri, Oklahoma y Virginia juntos. En la página web de la prisión se publican año tras año los nombres de cada uno de los ejecutados, edad, perfil racial, delitos cometidos, e incluso, sus últimas palabras.

Entre el año 2000 y diciembre de 2013, por ejemplo, 57 hispanos recibieron la pena capital por delitos como violación, robo, secuestro, homicidio o, en ocasiones, todas las anteriores. Entre los estados que aplican la pena de muerte, Texas y California son los únicos que ponen a disposición del público las últimas palabras de los delincuentes. El archivo en línea de 508 declaraciones ha sido objeto de análisis, crítica y debate por parte de abogados, académicos de justicia penal y activistas que se oponen a la pena capital.

La Penitenciaría de Huntsville es un edificio de ladrillo rojo ubicado a 110 kilómetros de Houston, la ciudad más poblada del estado. En él hay dos unidades: la Unidad Polunsky hospeda a los hombres condenados a muerte y la Unidad Mountain View, a las mujeres.

Horas antes de su ejecución, el recluso es llevado a la Unidad Walls, donde permanece a sólo diez metros de la puerta de la cámara de ejecución, un cuarto de 3 x 4 metros, con paredes turquesas y dos paredes espejo que dan a dos cuartos de observación. Uno de ellos es ocupado por los familiares de la víctima (o víctimas), mientras que el otro, por los familiares del condenado a muerte. Dentro del cuarto yace una camilla flanqueada por cinturones y una almohada.

Una vez ingresado a la cámara, atado a la camilla de ejecución y con el catéter en brazo, el recluso puede decidir si pronuncia sus últimas palabras a través de un micrófono suspendido sobre su cabeza. Una vez administrada la inyección intravenosa, una combinación de fármacos (anestésicos, ansiolíticos y analgésicos), el reo se queda dormido, deja de respirar y su corazón deja de latir.

Edgar Tamayo Arias forma parte del llamando caso Avena, donde también han sido ejecutados José Ernesto Medellín en 2008, y Humberto Leal García en 2011. El mexicano, originario de Morelos, pasó en prisión veinte años luego de haberse declarado culpable de asesinar, el 31 de enero de 1994, al policía Guy P. Guddis. En ese tiempo, tanto el gobierno de México como organizaciones en defensa de los derechos humanos y organismos multilaterales, argumentaron que las violaciones al debido proceso en el caso merecen una revisión judicial que podría implicar una sentencia diferente a recibir la inyección letal.

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