jueves, 24 de mayo de 2012

Shigeru Miyamoto, el hombre que creó al inmortal Mario Bros


Shigeru Miyamoto, el hombre que creó al inmortal Mario Bros


Este diseñador japonés se ganó el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades.

"Lo importante para nosotros es asegurarnos de que nos estamos divirtiendo en nuestro trabajo". Esta filosofía de vida, declarada a la revista Time hace un par de años, convirtió al japonés Shigeru Miyamoto en el 'Walt Disney' de los videojuegos, y el miércoles le deparó el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades, por su trabajo innovador.
Sus creaciones convirtieron el ocio interactivo en una verdadera religión para millones de personas: toda una generación de colombianos recuerda cuando, a mediados de los 80, Donkey Kong se tomó las salas públicas de videojuegos o cuando, un lustro después, Mario Bros invadió los televisores, a bordo de las consolas individuales.
No en vano, la revista Time incluyó a Miyamoto en su listado de las 100 personas más influyentes del mundo en los años 2008 y 2009.
En el sitio web de time.com, la votación del 2008 fue contundente:Miyamoto fue considerado el personaje más influyente del mundo, con cerca de dos millones de votos, y superó a personalidades de la estatura de Barack Obama, Britney Spears, Tiger Woods y el Dalai Lama.
A este diseñador industrial de 59 años le hubiera bastado con diseñar en 1981 el célebre juego Donkey Kong para haber pasado a la historia del entretenimiento digital. Como 'actor de reparto' de ese videojuego estaba el humilde plomero bigotudo que intentaba rescatar a la princesa y que inicialmente fue llamado Jumpman (algo así como el hombre saltarín), pero luego cobró protagonismo en su propio título, bautizado Mario Bros, y se volvió tan famoso como Mickey Mouse.
Sin embargo, los méritos de Miyamoto trascienden a Mario, pues fruto de su ingenio se desarrolló en el 2006 la consola Wii, que con su control inalámbrico hizo más sencilla, atractiva y comunitaria la experiencia del juego. El aparato, que ya ha vendido la friolera de 100 millones de unidades, ha sido un factor esencial en la popularización del videojuego, especialmente entre un público reticente como era el femenino.
No contento con ello, en el 2007 el japonés anunció la tabla Wii Fit, diseñada para que niños y adultos se sintieran motivados a hacer gimnasia sin salir de su casa, y acabar de una vez por todas con las quejas de los padres que acusaban a los videojuegos de promover el sedentarismo y la obesidad de sus hijos.
Amor por los cómics
Nacido en 1952, en la ciudad rural de Sonobe Cho, en las afueras de Kyoto, Miyamoto confesó en una entrevista con CNN que, cuando era niño, sus padres vivían preocupados por que leyera tantos cómics. Aquella pasión por las historias dibujadas lo llevó a crear sus propios garabatos, si bien su sueño era convertirse en titiritero.
Luego de cinco largos años de estudio discontinuo, se graduó en Diseño Industrial y, por la amistad de su padre con Hiroshi Yamauchi, a la sazón presidente de la firma Nintendo, entró a trabajar a los 24 años, como pintor de las máquinas de juegos.
Bien pronto, cambió su rol por el de diseñador y al inicio de la década de los 80 comenzó a desarrollar sus célebres juegos, en medio de algún escepticismo: las expectativas para su Donkey Kong eran tan bajas que en 1981 fue probado solamente en dos bares de Seattle (EE. UU.).
El resto es historia: en los últimos 20 años, se han vendido más de 160 millones de juegos de Mario, tanto en sus versiones originales como en las más recientes. El personaje del gorro y el mostacho juega tenis, conduce carros veloces y vuela en naves espaciales.
Un mérito adicional de Miyamoto es que siempre ha defendido las historias en las que la sangre y la agresividad no tienen cabida y que encierran sentido de la justicia. Las cifras de ventas de sus títulos constatan que se puede disfrutar de un videojuego sin necesidad de pelear.
Y ante el argumento de que este tipo de diversión no educa, decidió crear Brain Training, un título con ejercicios matemáticos, de lectura y de memoria que ha tenido un impacto considerable entre la tercera edad.
Más elocuente sobre Miyamoto fue el acta del jurado del Príncipe de Asturias: "No solo es el padre del videojuego moderno, sino que ha conseguido, con su gran imaginación, crear sueños virtuales para que millones de personas de todas las edades interactúen, generando nuevas formas de comunicación y de relación, capaces de traspasar fronteras ideológicas, étnicas y geográficas".
Mientras busca nuevos trucos bajo su manga, el japonés dijo ayer que seguirá esforzándose "para que los videojuegos sean capaces de ofrecer de manera continuada diversión y alegría a personas de todas las generaciones y en todo el mundo".


F  eltiempo

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