El triunfo de la Olsen

la mayor parte del público se sorprende cuando descubre que las Ashley y Mary-Kate Olsen no solo regentan y dirigen una marca de moda, sino que, además, están reconocidísimas por ello. Tanto, que acaban de ganar el premio CFDA –el Oscar de la moda– a la mejor firma femenina por su trabajo en The Row.

El paso siguiente cuando se enteran de sus labores como empresarias es rechazarlas, en plan: “con lo absurdas que son, la ropa que hacen será a su imagen y semejanza”. Como dijo Marc Jacobs: “a la gente de la moda le gusta odiar cosas más de lo que les gusta amarlas”. Y eso es justo lo que pasa con Victoria Beckham o con las Olsen. Hasta que ganan premios, claro.

En realidad los diseños que conforman The Row sí que están hechos a su imagen y semejanza: son diseños muy minimalistas, fundamentalmente en color negro –aunque alcanzan otra gama de colores, como el fucsia–, casi siempre de aspecto oversize –casi nunca pegado al cuerpo; al contrario, con la impresión de ser varias tallas más grandes que las que se necesitan– y siempre, siempre muy recatados. Los precios de The Row son francamente elevados. El año pasado las Olsen fueron noticia por una mochila de cocodrilo que sobrepasaba los 20.000 dólares. ¿Vendieron la tirada limitadísima de mochilas? Por supuesto. Aunque hubo lenguas viperinas que aseguraron que las habían comprado ellas mismas, parece ser que Kanye West, uno de sus mayores seguidores, tiene una de esas carísimas y lujosísimas bolsas. Pero no todo se reduce a hablar de los precios hiperbólicos de las prendas y complementos de The Row. Las estilistas de las mejores revistas de moda aseguran con un brillo especial en los ojos cuando hablan de estas prendas que “los pantalones y los leggings de The Row son los que mejor sientan de todo el mercado. Son absolutamente ma-ra-vi-llo-sos”.

Para recoger su premio en el Lincoln Center de Nueva York, Ashley eligió una túnica rosa y Mary-Kate, una negra. Las dos estaban tranquilas, apacibles y serenas, manteniendo ese gesto infantil eterno que ambas mantienen y que, aunque no se quiera, hace pensar en su icónica aportación a la televisión de los 90’s, en la teleserie “Padres forzosos. También, aunque diseñen ropa de precios astronómicos, conservan siempre un aura muy grunge y muy cool, deliciosamente descuidada. Mary-Kate se había teñido la melena de un color más oscuro del que tiene a sus fans acostumbrados. Dicen que desde que parece ser que es familia de Sarkozy busca una imagen más “seria”. Desde luego, su premio CFDA le ha hecho ganar muchos puntos.

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