No quiero ser como Helena Christensen
No quiero parecerme a Helena Christensen!” puede ser una de las bofetadas de realidad más sonoras que uno puede leer en internet estos días. Lo exclama una seguidora de la marca Boden –una popular firma de ropa británica–, que se ha llevado el que probablemente sea el gran chasco de su carrera. Boden contrató a la súper modelo haciendo lo que pensaban que sería un gran e inspirador fichaje y lo que han recibido ha sido un aluvión de críticas brutal e hiperrealista.
La publicidad de Boden en la que aparece Helena Christensen
Las compradoras de la marca han rechazado de pleno la nueva imagen de una marca que, hasta ahora, era completamente lo opuesto y que ha pasado de apoyar una imagen cercana, familiar y muy de de clase a media a Helena Christensen posando muy provocativa.
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La revuelta de las compradoras de Boden no solo se ha producido en las redes sociales –el Facebook de la marca está que arde–, sino que han escrito directamente mails muy airados a la compañía. En uno de ellos, su autora se pregunta si a Jonnie Boden, el fundador de la firma, “se le habrá subido la fama a la cabeza y se ha olvidado de lo que la verdadera clase media quiere”.
Y lo que la clase media británica no quiere es que una súper modelo que luce 43 años eléctricos en estas fotos represente su idea de moda y estilo de vida. “Quiero ver a modelos normales, diferentes y sonrientes. No quiero ver esa pose sexy y conquistadora”, escribe una compradora en Facebook. “Antes tenía una talla muy pequeña”, dice una de sus enfadadas seguidoras, “pero ahora tengo dos hijos y mi cuerpo ha cambiado. Quiero ropa práctica y divertida”.
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Otra exclama: “No todas somos delgadas y guapas. Y, sobre todo, tenemos una profesión realmente interesante: ser madres”. “Me encantan mis curvas. No quiero estar como Helena, aunque ella sea muy guapa. Me cuesta mucho identificarme con esta imagen”, continúa otra.
La cosa va más allá de la imagen. De hecho, muchas de las compradoras de Boden dicen que no pagarán ni una libra más por estas prendas, ya que temen que los precios de la marca suban “para pagar lo que les habrá costado contratar a Helena Christensen”.
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Desde la marca dicen que, a pesar de estos mails y quejas en redes sociales, el ‘feedback’ ha sido muy positivo. Esa precisión tuvo otra respuesta: “Hay ropa en esas fotos que parece barata y desaliñada. Si a Helena Christensen le queda así, ¿cómo nos quedará a nosotras?".
F yahooo
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