Murió Van Gogh a causa de una broma macabra

Murió Van Gogh a causa de una broma macabra

Detalle de autorretrato de Vincent Van Gogh | Crédito: Wikipedia.
Desde su muerte y hasta hace apenas unos años, la "versión oficial" aseguraba que el famoso pintor holandés había fallecido a consecuencia de un suicidio, después de haberse disparado a sí mismo en el pecho. Aunque la bala no acabó con su vida en el acto —consiguió regresar a la pensión en la que se alojaba—, la grave herida terminó con él dos días después, el 29 de julio de 1890.
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A pesar de lo extendida y aceptada que ha estado esta versión, en fechas recientes algunos investigadores la han puesto en duda, proponiendo otra hipótesis más sorprendente en su lugar.
Entre los defensores de esta nueva teoría se encuentran los escritores Gregory White Smith y Steven Naifeh —ganadores de un prestigioso premio Pulitzer por su biografía de Jackson Pollock—, y autores de un reciente trabajo sobre Van Gogh, que será editado en España por la editorial Taurus en unas semanas.
Según estos especialistas, en los últimos meses de su vida Van Gogh —que entonces tenía 37 años—, pasaba a menudo algunos ratos de ocio acompañado por dos hermanos adolescentes —René y Gaston Secrétan—, con los que charlaba y paseaba por los campos y caminos próximos a Auvers-sur-Oise.
Uno de estos jóvenes —el menor de ellos, de solo 16 años—, tenía al parecer una personalidad un tanto problemática, con tendencia a meterse en líos. De hecho, según los investigadores, el muchacho solía pasearse armado con una pistola del calibre 38.

'Cráneo fumando un cigarrillo' (1885), de Vincent Van Gogh | Crédito: Wikipedia.
En opinión de White Smith y Naifeh, todas las evidencias parecen apuntar a que fue una bala perdida del arma de este muchacho —quizá durante un juego o una broma de mal gusto— la que hirió mortalmente a Vicent Van Gogh mientras pintaba al aire libre en aquel mes de julio de 1890.
Para apoyar su tesis estos autores señalan algunos puntos oscuros de la versión oficial: si el artista quería suicidarse, ¿por qué iba a regresar a la pensión —donde podían intentar salvar su vida— tras dispararse, cuando lo lógico habría sido dejarse morir en el campo?
Por otra parte, señalan estos especialistas, las últimas pinturas del artista tenían un sentido optimista, que no parece concordar con la idea de un suicidio. Además, tal y como destacan en su biografía de Van Gogh, el propio artista había expresado por escrito su profundo rechazo al suicidio, un acto que consideraba pecaminoso e inmoral.
Pero las sospechas no terminan ahí. En un trabajo más propio de médicos forenses o especialistas de CSI, White Smith y Naifeh examinaron todos los datos sobre la muerte y el cadáver del artista, y llegaron a la conclusión de que la trayectoria de entrada de la bala —que impactó en el abdomen siguiendo un ángulo oblicuo— no coincidía con un disparo autoinflingido.
Por otra parte, un documental emitido en 2011 en los Estados Unidos y que examinaba la teoría de estos dos autores presentó evidencias de una supuesta confesión de René Secrétan —el hipotético autor del disparo— realizada en 1956, y en la que habría confesado ser el responsable de la muerte de Van Gogh.
El artista habría ocultado los auténticos hechos para proteger al menor, aceptando estoicamente su muerte. Eso daría sentido, según estos autores, a una de sus últimas frases antes de morir: "No acuséis a nadie… era yo quien quería quitarme la vida".

Recorte de prensa en el que se cita la muerte de Van Gogh | Crédito: Wikipedia.
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A pesar de lo consistente —en apariencia— de estas nuevas pistas, no todos los especialistas coinciden con las conclusiones de los autores de 'Van Gogh. La vida' (Taurus, 2012). Es el caso del historiador Joe Nickell —célebre por sus estudios críticos—,  quien considera que la hipótesis de White Smith y Naifeh tiene varios puntos débiles, pues entre otras cosas ignora el bien conocido estado mental del artista, que le llevaba a menudo a hacerse daño a sí mismo.


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