Con un calibrador, Hernán Barón mide la altura del molde de
una "oreja" que cuidadosamente coloca a su paciente.
Tras medir la altura, calzar el molde en la cabeza y
comprobar que se ajusta, Barón, un técnico de 49 años, procederá a fabricar en
silicona las dos orejas para Mauricio Chaparro, quien nació sin ellas.
Con 15 años de experiencia en la fabricación de prótesis,
Barón se ha hecho conocido y una decena de cirujanos le remiten clientes para
fabricar lo que se han convertido en su especialidad, orejas, narices, ojos y
manos.
Calcula que en todos sus años de trabajo ha fabricado al
menos 1.200 prótesis y puede demorar hasta cinco meses en una, desde la cita
inicial midiendo, haciendo moldes hasta encontrar el color más parecido al de
la piel del paciente y que quede perfectamente ajustada, lio que ocasiones
precisa una cirugía estética.
Barón comenzó trabajando como técnico dental fabricando
molares y dientes y tras hacer en Colombia varios cursos y talleres, incluyendo
uno de arte, decidió dedicarse a las prótesis por el mero gusto de fabricar
esas piezas.
Sus pacientes son remitidos por distintos cirujanos y aunque
ha tenido casos de personas como policías que perdieron dedos en algún combate
del conflicto armado, la mayoría son víctimas de accidentes viales o de
trabajo.
El valor de las prótesis como una oreja, por ejemplo, es de
aproximadamente cuatro millones de pesos (unos 2.200 dólares) y en general
tales costos son cubiertos por las empresas de salud y aseguradoras.
"No sólo he trabajado con pacientes colombianos sino
también con personas de Panamá, Estados Unidos...la mayoría de ellos les he trabajado...prótesis
de dedos especialmente", aseguró Barón en entrevista telefónica desde su
taller al noroeste de la ciudad.
"Cuando usted realiza un trabajo que le puede ayudar a
la persona a levantar su autoestima...es como un valor agregado al
trabajo", aseguró Barón. "Hace que todo sea más bonito, sea más
humano
F yahoo
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