martes, 30 de noviembre de 2010

Silencio oficial no consigue sepultar centenario muerte Tolstói

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Por Amie Ferris-Rotman y Yana Soboleva
MOSCU (Reuters) - La Iglesia Ortodoxa rusa se negó a rehabilitarlo y el Estado eligió ignorarlo, pero el silencio oficial en torno a los 100 años desde la muerte de León Tolstói no acalló los elogios ni apagó el debate en torno a su figura.
A diferencia del aniversario número 150 del nacimiento del escritor Antón Chéjov este año -que provocó una demostración emotiva del presidente Dmitry Medvedev y desató una celebración nacional-, el centenario de uno de los escritores rusos más aclamados fue recibido con un silencio surrealista.
Ni Medvedev ni el primer ministro, Vladimir Putin, mencionaron al autor de "La Guerra y la Paz" por su centenario el 20 de noviembre, el Ministerio de Cultura no planeó eventos en su honor y no hubo grandes programas en la televisión estatal, vitrina favorita de Rusia para realizar tributos.
"Hubo un silencio sepulcral (...) Tolstói es un recordatorio de grandeza, de humanidad y de la importancia que ambas tienen. Y es por eso por que preferimos no recordarlo", escribió el popular novelista Dmitry Bykov en la revista Profil anteriormente este mes.
En una crítica velada al Gobierno, Bykov agregó que en la Rusia actual "no se ha conservado una sola ley, ni honestidad, ni consciencia (...) Es mejor para los rusos de hoy no pensar sobre eso".
Rusia está repleta de museos dedicados a Tolstói y su finca, Yasnaya Polyana, ubicada a unos 190 kilómetros al sur de Moscú, recibe miles de visitas al año.
Pero el prolífico escritor de barba blanca -alabado por su exploración de temas como los conflictos bélicos, el amor, Dios y la familia en novelas épicas como "La Guerra y la Paz" y "Anna Karenina"- aún es considerado un tema delicado en su país de origen.
Aunque era un cristiano devoto, la filosofía teológica radical de Tolstói -comparó a la Iglesia Ortodoxa Rusa con la brujería y predicó que la orientación debe provenir de uno mismo y no de de la autoridad eclesiástica- llevaron a su excomunión en 1901.
"El fue un disidente en todo el sentido de la palabra y creo que el Gobierno y la Iglesia se estremecieron un poco cuando a Tolstói levantó su voz", dijo el lunes a la prensa Andrei Konchalovsky, coproductor del filme "The Last Station" que narra el año final del escritor, con motivo de su estreno en Rusia.
(Escrito por Amie Ferris-Rotman, Editado en español por Carlos Aliaga)

F  reuters.com

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