miércoles, 3 de noviembre de 2010

Patricia Vásquez habla de su nueva carrera: la maternidad

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En exclusiva, fotos de su matrimonio y todo lo relacionado con su nuevo amor.

Patricia Vásquez (34) asegura que se enamoró a primera vista del torero francés Sebastián Castella (27). Su historia podría sonar a cuento trillado. Sin embargo, al oír el dulce relato de esa primera vez que se vieron en un restaurante en México: 'Cuando nuestras miradas se cruzaron y la respiración se paró'; al ver la amorosa expresión de sus ojos y la bebé que viene en camino, no existe duda alguna: lo suyo es amor, amor pero del bueno.

"Yo estaba trabajando en México y ya me había alistado para devolverme a Colombia. Me iba en diciembre y en noviembre un día una amiga me invitó a comer, me dijo que me iba a presentar a un amigo y ese era Sebastián. Desde que nos conocimos no nos separamos, fue un flechazo que me impactó...".

Después los sorprendió Atenea. Patricia ya tiene siete meses de embarazo y una relación de casi un año. Se acaban de unir en una calurosa playa, en Barú, bajo un rito maya, y planean establecerse en febrero del próximo año en España. Allí iniciarán una nueva vida como familia.

¿Cómo recuerdas esa primera cita?
La verdad es que en el restaurante no hablamos ni una sola palabra, de ahí terminamos en mi apartamento y desde entonces estamos juntos.
¿Qué te sedujo de Sebastián?
Todo fue muy raro, porque al principio estábamos tímidos, él es muy callado y después en mi casa empezamos a conocernos y a saber quién era cada cuál. Nos dejamos ver y dijimos: qué rico sería poder encontrarnos otro día y todo fue pasando así, nunca esperamos nada. Esa noche, él se quedó mirándome y me dijo: 'tú vas a tener un hijo mío'. Yo solo lo miraba y le decía: ¿cómo me dices esto, estás loco?
¿Buscaban una relación abierta, tan de moda por estos días?
Todo se dio así. Él vivía muy lejos, yo estaba a punto de regresarme a Colombia y cada encuentro era muy emotivo, pues no sabíamos qué iba a pasar el día siguiente. Empezamos a crear una amistad y una complicidad, sin lazos, sin exigencias, simplemente vivir el momento y eso fue creciendo hasta tal punto que solo queríamos estar juntos.
¿Cómo eran esos encuentros?
El primero fue en el restaurante, el segundo, en un lugar mágico para nosotros, donde empezó todo, Playa del Carmen. Entonces me dijo: 'ven, conoce mi mundo' y me fui con él de gira para Lima, Cartagena, México, Las Vegas y España. Transcurridos esos viajes ya sabíamos que solo queríamos estar juntos.
¿Qué pasó después?
Me regresé a Colombia porque quería trabajar, él sabía que yo quería volver a actuar en mi país. Siempre estábamos más juntos y en cada despedida solo nos mirábamos y nos decíamos: queremos estar juntos ya.
¿Cuándo llegó Atenea?
A los tres meses. Volví al país y me di cuenta de que estaba embarazada, apenas empezaba a grabar Secretos de familia... Pero en vez de sentir angustia, fue una sorpresa infinita y apareció una felicidad inmensa, algo inexplicable.
¿Qué dijo Sebastián?
Lo llamé a contarle de una y se puso feliz, me dijo: '¿Viste que sí ibas a tener un hijo mío?' Fue algo inesperado, pero la alegría más grande de la vida. Yo sí quería ser mamá y tener un hijo, pero con una persona de la que estuviera totalmente enamorada, él me dijo que teníamos que estar juntos y luchar por formar una familia. Sebastián llegó a mi vida en un momento muy lindo porque estaba tranquila, acababa de terminar con Sammy Bessudo y sabía lo que quería en la vida, pero no pensé que se me fuera a aparecer un amor tan grande y de una manera tan sorpresiva...
Una mamá primeriza y muy espiritual
¿Cómo has experimentado este debut maternal?
Me cambió la vida totalmente, estaba trabajando y tuve que enfrentar el canal, pero me apoyaron totalmente y no tuve mucho tiempo para reflexionar sobre este nuevo estado, pues me tocaba cumplir y trabajar duro. Empecé a sentir muchos cambios en el cuerpo.
Supimos que los primeros meses resultaron complicados...
Fue muy difícil porque tenía que estar trabajando muchas horas y quería seguir el ritmo. Pero terminé donde el médico, estaba mal: tenía acidez, muchas fiebres, gripas, mi cuerpo estaba más débil y mi ginecólogo me aconsejó no trabajar en exceso. Sentía tanto a Julie, mi personaje, que yo le decía al bebé: 'baby, esto es mentira', porque cada escena era tan real, las hormonas te ponen sensible, quedaba impresionada y cuando terminaba la escena, no podía parar de llorar.
¿Y sí anhelabas una niña?
A los tres meses supe que iba a ser niña y fue una gran emoción porque era lo que Sebastián quería. Fui al examen y no lo podía creer. Agarré el teléfono y lo llamé. Eran como las tres de la mañana y él solo gritaba de la felicidad.
¿Cómo han sido estos meses a distancia?
Desde que Sebastián sabe que Atenea está conmigo, ha permanecido ahí, por más de que no está presente, siempre está conmigo. Siempre le hice entender que su vida no iba a cambiar y que su pasión por los toros podía continuar. Estamos más unidos que nunca y este amor parece irreal, de cuento.
¿Quién ha sido tu aliado en estos meses?
Mi mamá. Ella vive en Cartagena, pero me la traje a mi casa en Bogotá, fue la que tuvo que aguantar mis caprichos, es un ángel y ha estado complaciéndome con mi ensalada de frutas gigante de desayuno y con su amor.
El gran reencuentro
Patricia y Sebastián se encontraron en Cartagena para realizar su amorosa unión, un 'matrimonio' muy a su estilo.
¿Por qué una boda con aires mayas?
Era una fantasía que siempre había tenido y Sebastián me la hizo realidad. Le dije que soñaba con una unión en la que todos participaran, jugar con los elementos agua, tierra y fuego y una bendición espiritual para seguir trabajando día a día por nuestra familia. Fue como empezar a hacer una película con astrología maya, con un chamán.
¿En dónde la hicieron?
En Barú, pues quería estar cerca del mar. Armé un lío, pues me tocó llevar todo: comida, trago, decoraciones; la verdad, fue una locura, pero se hizo. Fueron 170 invitados, vino su familia, casi 90 personas de afuera: España, Francia, gente cercana a su carrera y mi familia y amigos. Una reunión con la gente más importante de nuestras vidas.
¿Quién fue la madrina?
Tatiana Mondragón, la persona que nos flechó.
¿El momento más emotivo de la noche?
Todos íbamos descalzos, fue una fusión de energía. Inolvidable el instante en que todos los invitados ofrendaron al final con una vela, en la ceremonia del fuego, una locura.
¿Se van a casar por lo civil también?
Nunca hemos creído en el matrimonio civil o católico, buscamos fue una bendición. Estábamos uniéndonos porque lo que ambicionábamos era ser familia y para estar juntos hasta que Dios lo mande, el papel no nos importa, estamos juntos por amor.
"Solo hasta ahora, que nos reencontramos, volví a dormir, sin él no podía, es muy lindo ver cómo la naturaleza es sabia. Mi hija también lo sintió, cuando nos vimos no paraba de moverse en la panza, este es un tiempo para los tres".
¿Piensas tener más hijos?
Total, lo queremos sí o sí, no inmediatamente, pero sí queremos un hermanito. Doy a luz, tengo a Atenea, la alimento y después haré una fiestica... Mejor recuperar el cuerpo y ahí sí apuntarme a otro bebé.
"Ahora estoy dedicada a hacer yoga y pilates y planeo aprender francés porque cuando mi hija crezca, ellos dos van a poder conversar y yo quiero entenderles".
La dulce llegada de Atenea
¿Cuándo viene tu princesa? 
Nace en Colombia, a finales de diciembre o principios de enero. Él empieza temporada México-Colombia y decidí que quiero estar cerca a mi mamá y a Sebastián le pareció lo máximo porque ama Colombia. Después, en febrero, viajamos a Sevilla, vamos a vivir allá. Él me quiere complacer y desea que sea feliz en España.
¿Qué va a pasar con la actuación? 
Es mi pasión, ahora hago una pausa para crear un hogar, pero en el momento en que la niña esté más grande voy a ponerme a estudiar, seguro.
¿Hay angustia por vivir juntos?
A veces me entran cosquillitas en el estómago y a él también, pero al final todo el tiempo nos miramos y ya. Él propone que me vaya para la casa ya. La convivencia no es fácil, pero creo que es un reto que hay que vivir de a poco, conociendo y respetando el espacio del otro.
La diferencia de edad
"Sebastián salió de su casa a los 12 años, ha vivido mucho, ha sido muy independiente, ha luchado por sus sueños, es muy maduro, inteligente. Me sorprende, día a día, tener la complicidad... La amistad cuando tienes diferencia de edad sí se nota un poco, pero él asume todo con pasión, con responsabilidad".
Un amor como ningún otro
"Después de haber tenido varias relaciones creo que es lo más lindo que me ha pasado y por la forma que ha sido. No es la típica relación, no comenzamos estando juntos y luego llegó la bebé, pero me gusta. Me despierto y Sebastián me da un beso en la barriga, estoy por la calle y me agarra y me da otro beso, me mira y me dice que me ama. Queremos despertarnos juntos y vivir lo que es la cotidianidad de la casa, sentir la adrenalina, todos los días le doy gracias a la vida por como ha pasado todo. Te juro: lo veo y me derrito, nos derretimos los dos".
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Por Sandra Paola Real M.
Asistentes de fotografía: Junior Rojas y Eduardo Cruz.
Maquillaje: Álex Ramos.
Producción: Lina Valenzuela.

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