La actual presentadora de Caracol Noticias habló de qué es lo que más le gusta hacer con sus tres hijos.
‘Sofi’, de 8 años, ‘Nani’ (Camila), de 7, y Julián, con tan solo 5 meses, despiertan los más tiernos sentimientos de esta mujer, quien confiesa que nunca se imaginó poder criar a tres hijos: “Yo le decía a mi mamá: ‘¿cómo voy a aprender todo lo que tú sabes?’. Pero cuando nació mi primera hija fue una emoción bellísima, todavía recuerdo el calorcito de su cuerpo. Con ella, aprendí a ser mamá y siempre le digo que, gracias a esa experiencia, pude con dos más”.
Aunque también dice que de cada embarazo aprendió algo diferente. El primero fue la etapa del consentimiento y de los antojos. Con Camila, tenía más experiencia y se sentía más relajada. Y el tercero fue más difícil; tuvo diabetes gestacional, fue hospitalizada y su dieta fue restringida. Además, a diferencia de los dos anteriores, debía equilibrar su rutina laboral con sus obligaciones en el hogar.
“Fue delicado. En uno de los chequeos, la curva de glicemia salió alta. (…) Tuve contracciones antes, perdí líquido. El bebé siempre estuvo bien, pero el monitoreo fue constante. Los últimos meses del embarazo estuve en Estados Unidos, donde nació Julián, y me hospitalizaron varias veces para que el bebé llegara a término”, cuenta.
Al final, el parto fue duro, pero emocionante. “Mientras yo lloraba de dolor –dice Rosa María– las niñas brincaban y celebraban cada contracción. El día del nacimiento, el cuidado fue extremo y había muchos nervios. Pero, cuando entré a la sala de partos, había una música bonita y, antes de tenerlo en mis bazos, supe que las inyecciones, las hospitalizaciones y los cuidados valieron la pena”.
El trío maravillaLa dedicación de su esposo, Julio Erazo, y especialmente la de sus dos hijas, ha sido el gran apoyo para la presentadora. Julio es su mano derecha cuando necesita ayuda en las noches y debe despertarse muy temprano al otro día. Entre tanto, Sofía y Camila son las niñeras estrella de Julián. “Les enseñé a bañarlo, a cuidarlo, a que hicieran parte del cuidado del bebé. Cuando toca trasnochar, ellas también se paran y me ayudan. Nos turnamos para escogerle la ropa, le dedicamos canciones. Somos tres mujeres cuidando a un hermoso hombre”.
Y es que este instinto maternal ha sido una de las principales características de sus hijas. Rosa María recuerda, entre esas anécdotas inolvidables, un día en el que estaba cambiando el pañal de Camila. Se angustió porque no encontraba los pañitos húmedos y recordó que los había dejado en el primer piso de su casa. Después de unos segundos, vio a Sofía, con tan solo dos años, subir cuidadosamente las escaleras con los pañitos en sus manos.
Tampoco olvida el día en que Camila, la ‘artista’ de la casa, llegó con un hermoso dibujo de su familia. Pintó a sus padres, sus hermanos y al tío ‘Titi’ (Luis Corcho), quien convive con ellos y que, según su hermana, es el ángel protector. De Julián, la presentadora dice que disfruta bastante de sus carcajadas cada vez que intenta comerse los pies.
Ahora, Rosa María trata de equilibrar su trabajo con su vida familiar. Le gusta jugar con Camila y con Julián, y hablar detenidamente con Sofía. Su propósito –dice– es que sus hijos sean alegres y se sientan queridos. “Cada día le pido a Dios que me dé la sabiduría, no para educar a los niños más inteligentes; yo quiero tener a los niños más felices. Me esmero por hacer de cada uno de ellos un buen ser humano. Quiero que se alegren con el lugar donde viven, con sus papás, con su colegio. Les enseñó a ser creyentes y agradecidos y quiero que le aporten mucho al mundo, desde su lado humano y desde su profesión”.
¿Cómo escogió el nombre de los niños?Sofía. Significa sabiduría y siempre le pido a Dios que me dé ese don para educar a mis hijos.
Camila. Mi bisabuela se llamaba así; siempre me resultó extraño que se usara ese nombre en esa época y, además, me gustaba.
Julián. Nos llegó a la mente; fue una decisión familiar. Además, en una ocasión soñé con él.
Camila. Mi bisabuela se llamaba así; siempre me resultó extraño que se usara ese nombre en esa época y, además, me gustaba.
Julián. Nos llegó a la mente; fue una decisión familiar. Además, en una ocasión soñé con él.
¿Cómo seleccionaron los disfraces? “Julián es Mickey, el mago, porque al que ve lo hace sonreír. ‘Sofi’ escogió el suyo; ella ya se siente grande, es arriesgada y es moderna. Por eso, es Barbie Ferrari. Y ‘Nani’ (Camila) es linda, tierna, parece una muñequita y vive en un mundo de fantasía, tal como Alicia en el país de las maravillas”.
Por Karen Johana Sánchez
Redactora ABC del bebé
F eltiempo.com
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