domingo, 26 de septiembre de 2010

El crudo testimonio chino de la invasión japonesa

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El realizador chino Lu Chuan (Xinjiang, 1971) es enfático: solamente se cambiaron los nombres y se agregaron algunos personajes; pero todas, absolutamente todas las situaciones de su película Ciudad de vida y muerte (City of Life and Death) son reales.
A pesar de su corta filmografía, de cuatro películas escritas por él mismo, Chuan es considerado una de las promesas del nuevo cine chino. Mientras prepara el guión de su siguiente filme -acerca de una facción de guerreros de la China antigua-, el cineasta habló con EL TIEMPO acerca de Ciudad..., que se estrenará en Colombia el viernes primero de octubre.
La historia trata la violenta invasión de Japón a China, a finales de los años 30. ¿No era un tema recurrente en el cine de su país?
Curiosamente, para China y el resto del mundo nunca antes alguien había contado este relato desde nuestra perspectiva.
La película es muy fuerte en sus imágenes. ¿Cómo reaccionó el público en su país?
Algunos se impactaron, otros estuvieron desconcertados; pero, todos compartieron el mismo sentimiento, como parte de una de las peores atrocidades cometidas en el siglo pasado. Todo el mundo habló del tema cuando la estrenamos (abril del 2009) y la opinión se dividió entre odios y amores.
La fotografía y la edición son impecables. ¿Estuvo pendiente de estos aspectos?
Sí. Hicimos diez pruebas de color y de cámaras antes de empezar a rodar, para estar completamente seguro de lo queríamos y también de que se transmitiera el sentimiento adecuado a la audiencia.
La película podía generar incomodidades entre los Gobiernos de China y Japón...
El guión permaneció largo periodo bajo análisis de los censores chinos. Esperamos seis meses para la aprobación de la historia, y otros seis para que el filme terminado obtuviera la aceptación. La Oficina de Cine solicitó ediciones pequeñas: por ejemplo, nos pidieron que quitáramos las escenas de un oficial japonés que decapita a un prisionero, la de un mujer atada antes de ser violada y el violento interrogatorio de un chino, que era simpatizante de los japoneses, a un soldado de su país.
¿Qué tan complicado es hacer cine con las estrictas leyes que tiene su país?
Depende del filme. Si contiene una gran cantidad de críticas políticas, olvídalo. Con seguridad se quedará en el tintero con las reglas de censura del Gobierno.
A pesar de eso, ¿seguirá apostándole al cine?
No puedo quedarme quieto. Adoro el cine, es mi trabajo y mi afición. Es la mejor cosa que me ha pasado en la vida; incluso, podría ser la peor, pero el cine es, para mí, la vida misma.
Su trabajo ha obtenido reconocimientos, entre otros, en San Sebastián, donde la cinta ganó la Concha de Oro.
Como director independiente en China, los premios permiten que te conozcan en otras partes del mundo. Pero, en mi país, los premios son un lujo. Estoy feliz de recibirlos, pero aquí importa más la taquilla que los reconocimientos.
Publicado el 24 de septiembre de 2010
SOFÍA GÓMEZ G.
CULTURA Y ENTRETENIMIENTO

F  eltiempo.com

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