sábado, 18 de septiembre de 2010

Músicos de Cuba y Mali llevan a Buena Vista a sus raíces

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Por Angus MacSwan

LONDRES (Reuters) - Problemas con los pasaportes echaron por tierra el primer intento del productor Nick Gold de reunir a músicos cubanos y malienses para grabar en La Habana hace 14 años.

Pero el disco que sí salió de las sesiones de los cubanos que habían quedado varados se convirtió en uno de los fenómenos musicales de los últimos tiempos: el Buena Vista Social Club.

El álbum vendió millones de copias, dio lugar a conciertos por todo el mundo, desenterró las carreras de varios músicos veteranos de Cuba, y avivó el interés mundial por la exótica isla caribeña controlada por la revolución de Fidel Castro.

Ahora Gold ha completado la historia reuniendo a los invitados originales para realizar un disco que mezcla los estrechos ritmos de Cuba con las guitarras ondulantes y percusiones desérticas de Mali.

Eliades Ochoa, el cantante y guitarrista cubano de sombrero de vaquero, y su Grupo Patria se mezclan a la perfección con el laudista maliense Bassekou Kouyate y el guitarrista Djelimady Tounkara, entre otros, en el disco "AfroCubism" que será lanzado en octubre del 2011.

También saldrán de gira juntos, incluyendo una presentación en el Barbican de Londres el 21 de noviembre como parte del Festival de Jazz de Londres.

"Tanto Cuba como Mali son relativamente pequeñas en cuanto a su población pero la forma en que nutren la música, lo que han hecho con la música, es increíble", dijo Gold a Reuters en su oficina de Londres.

La música cubana tiene sus raíces en Africa debido a los miles de africanos que fueron llevados a las Américas como esclavos en la era colonial. En el siglo XX, los sonidos resultantes fueron importados de vuelta al otro lado del Atlántico.

"La música cubana tiene una enorme popularidad en Mali y Senegal, entre personas a partir de los 30 y 40 años", dijo Gold.

Su plan original en 1996 fue concebido con el cubano Juan de Marcos, quien estaba trabajando en un proyecto con varias generaciones de sus compatriotas. El inglés sugirió traer a músicos de Mali a La Habana y convocó al virtuoso guitarrista estadounidense Ry Cooder para que los ayude.

"Nos encontrábamos grabando el primer disco, el Afro-Cubans All-Stars, cuando nos enteramos de que los africanos no podían venir. Me dijeron que habían enviado sus pasaportes por correo a Burkina Faso para obtener sus visas cubanas y no habían sido devueltos", dijo Gold.

Con un estudio lleno de personas aún ansiosas por tocar, sacaron de la manga un disco que se convirtió en el Buena Vista Social Club. "Funcionó fantásticamente bien sin los africanos. Y luego de eso fue un gran éxito", agregó Gold.

SESIONES EN MADRID

Con los años, a medida que Buena Vista y muchos de sus retoños florecieron, Gold permaneció en contacto con los músicos malienses.

"Cada vez que me reunía con ellos, me decían '¿cuándo vamos a hacer el proyecto?' Creo que luego de que (Buena Vista) tuviera tal éxito, Bassekou y Djelimady no se sintieron muy felices de no haber participado", dijo Gold.

"Y Eliades, cada vez que lo veía, me solía decir lo mismo. Cuánto más tiempo pasaba, más difícil resultaba", agregó.

El año pasado, Ochoa, Bassekou y otros estuvieron en Madrid al mismo tiempo con unos pocos días libres. Se reservó un estudio, luego llegaron más músicos incluyendo a Djelimady y al cantante Kasse Mady Diabate y comenzaron a grabar con una versión extendida de la planeada originalmente.

"Metimos a todos en el estudio, colocamos los micrófonos, sentamos a los músicos, y a las pocas horas estábamos grabando el primer tema que hicimos, que fue el tema pensado para el proyecto original. Y funcionó de inmediato, tan bien como podría haberlo esperado. Tal vez fue la gran espera que duró 14 años. Esta música pareció simplemente fluir", dijo Gold.

La primera canción fue "Al vaivén de mi carreta", en la que Ochoa y Diabate intercambian versos que reflejan las experiencias comunes de Africa y América Latina a través de un granjero que se lamenta por su dura vida.

"En lo que tuvo que ver con la producción, simplemente dejé que sucediera. A veces el ensamble se desordenaba un poco porque había muchos músicos y a veces achicábamos el grupo", dijo Gold.

"Tratábamos de hacer que todos tocaran juntos en la misma sala, porque se obtiene una mejor interacción entre los músicos de ese modo", agregó.

Algunos de los nombres más famosos de Buena Vista -Ibrahim Ferrer, Rubén González y Compay Segundo- fallecieron en los últimos años desde las sesiones de 1996.

Pero con la excepción del bajista Cachaito López, quien murió en el 2009, no estaba previsto que participasen del proyecto original de todos modos, dijo Gold.

El único problema fue el idioma.

"Los cubanos no hablaban francés y los malienses no hablaban español pero en muchas ocasiones ellos lo resolvían tocando o mediante expresiones que mostraban insatisfacción o aprobación", explicó.

(Editado en español por Daniela Desantis)


F reuters.com

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