Todo empezó a las nueve en punto. Con el Madison Square Garden a punto de alcanzar plena capacidad, los fans de Shakira empezaron a estremecer el recinto con sus gritos.
Sin embargo, la causa de la conmoción no era la cantante barranquillera, sino el presidente Juan Manuel Santos y la ex presidente de Chile Michelle Bachelet cuya llegada atrajo un sinnúmero de admiradores.
Ya acomodados los dignatarios en sus sitios, apareció la verdadera figura central del show. Vestida con un traje y velo rosados de tul, Shakira emergió dentro del público cantando a capela 'Pienso en ti'.
Su calidad vocal nunca ha sido puesta en duda y la barranquillera reafirmó porqué. Ya fuera con baladas suaves o temas más roqueros de sus primeras producciones, la cantante colombiana encantó, entretuvo y divirtió por casi dos horas a unos 15.000 espectadores, aunque se puede decir que ha tenido conciertos mejores.
El ánimo estuvo algo disparejo, con momentos de euforia gracias a 'Si te vas', 'Whenever Wherever' e 'Inevitable' interrumpidos con 'Gordita', 'Sale el sol' y 'Antes de las seis', tres temas de su nuevo álbum que el público prefirió escuchar sentado. Ni siquiera un reguetón a dúo con Calle 13 (que apareció virtualmente en una pantalla) hizo parar a los asistentes de sus sillas. El momentum fue recuperado con clásicos como 'Ciega Sordomuda', 'Ojos así' y 'La tortura'.
Parece que muchos fans de Shakira comparten la opinión del propio René de Calle 13 en 'Gordita': "Me gustabas cuando estabas más gordita, con el pelito negrito y la cara redondita, así medio rockerita".
Pero la Shakira rubia, con cuerpo escultural y hablando en inglés a un público que era 90% hispano fue la que salió a entretener en el Madison y al final, no decepcionó.
Cada mención de Colombia o Barranquilla fue recibida con un rugido en las gradas.
Algo que sí se mantuvo parejo fue la energía de la barranquillera, que incansable bailó, movió el vientre y corrió por el escenario de extremo a extremo, incluyendo una especie de pasarela que se metía dentro del público.
El vestido inicial fue pronto desechado y reemplazado con pantalones de raso negro y un top dorado y sus pies estuvieron la mayor parte del concierto descalzos, al parecer la forma más libre en que se siente en el escenario.
Para una artista de su altura, los trucos y efectos ya no son necesarios en las presentaciones en vivo. El escenario estuvo compuesto de simplemente pantallas gigantes y hacia el final, un rostro blanco se abrió paso en el centro.
El remate con 'Hips don't lie' y 'Waka Waka' no dejó a nadie sentado, ni siquiera al presidente Santos, y una lluvia de confetis despidió a los asistentes que aún en las escaleras y camino al metro seguían tarareando el himno del Mundial.
La presentación en Nueva York forma parte de la gira mundial de Shakira 'Sale el sol' que arrancó la semana pasada en Montreal (Canadá).
La gira por Estados Unidos termina en octubre y el 16 de noviembre el son de la barranquillera llega a Europa. América Latina tendrá que esperar hasta 2011.
CLAUDIA SANDOVAL GÓMEZ
Especial para EL TIEMPO
Nueva York
F eltiempo.com
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