martes, 19 de marzo de 2013

stripper Ganan más que los banqueros y no llevan traje a la oficina: 350.000 dólares al año



stripper Ganan más que los banqueros y no llevan traje a la oficina: 350.000 dólares al año

Lo que sucede en Williston, queda en Williston. Esta pequeña población de Dakota del Norte (EEUU) se ha convertido en una mina para los amantes del dinero fácil. En apenas unos años sus aproximadamente 16.000 habitantes han pasado de aburridos y felices granjeros a jeques del petróleo estadounidense gracias a un yacimiento de oro negro que se estima en cerca de 24.000 millones de barriles de crudo.
El salario medio del pueblo se ha disparado hasta los 90.000 dólares anuales, en el caso de los trabajadores sin cualificación. Este tsunami de dinero ha hecho que en la localidad proliferen todo tipo de negocios de dudosa reputación, entre ellos los clubes de striptease.

Centenares de bailarinas exóticas han emigrado de Las Vegas al calor de los billetes que queman en las manos de lugareños y trabajadores de la industria petrolífera. Lo normal es que, en una noche floja, estas profesionales del destape pueden ganar la friolera de 1.000 dólares.


Según ha podido comprobar un periodista de la cadena CNN que se ha desplazado hasta esta suerte de Arabia Saudí en el corazón de Estados Unidos, la demanda de compañía de los hombres duplica a las mujeres disponibles, así pues las oportunidades de trabajo no faltan en Williston, donde en los últimos años se han abierto varias decenas de bares, locales de alterne y hoteles.
Salarios de infarto
En los últimos años miles de hombres han llegado a Williston en busca de empleos bien remunerados en la industria petrolera y, tras varios días incomunicados trabajando en la extracción de crudo, muchos de ellos acaban buscando algo de compañía femenina en uno de los dos grandes clubes de la ciudad: el Whispers y el Heartbreakers.
Lo normal es que una bailarina de striptease de estos locales vuelva a casa con entre 2.000 y 3.000 dólares cada noche sólo en propinas, aparte de su salario. El dinero que les dan sus clientes no lo declaran, con lo que estas profesionales pueden ingresar al año hasta 350.000 dólares. Eso sin necesidad de hacer servicios especiales, como por ejemplo atender un catering sin ropa, que se paga a la friolera de 7.000 dólares la sesión.
Dura competencia
El ‘boom’ del petróleo y el dinero en Williston ha provocado que tanto el Whispers como el Heartbreakers hayan recibido solicitudes de bailarinas de todo el mundo. “Desde Hawai y Alaska hasta República Checa y Alemania”, asegura Melissa Slapnicka, copropietaria del Whispers.
El volumen de peticiones de empleo es tal que cada bailarina nueva únicamente tiene una semana para demostrar su valía. Si no funcionan, no vuelven. Y es que, según Slapnicka, este pequeño pueblo amenaza con dejar sin chicas a Las Vegas: “Mis mejores chicas prefieren bailar aquí porque se gana más dinero”.

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