Suicidio y armas de fuego, una epidemia en EE.UU.
Desde que ocurrió la masacre en la escuela de Newtown el
pasado mes de diciembre, gran parte del debate en Estados Unidos se ha centrado
en el rol que las armas de fuego tienen en las matanzas colectivas y los
asesinatos, y en cómo limitar el uso de los fusiles de asalto y los cargadores
de gran capacidad.
Sin embargo, algunas organizaciones han aprovechado la
acalorada discusión para poner el foco sobre una realidad que muchas veces pasa
desapercibida: cada año muchos más estadounidenses mueren por armas que usan
contra sí mismos que como víctimas de homicidios.
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armas
Y es que, según datos de los Centros para el Control y
Prevención de Enfermedades, alrededor de 19.000 de las 31.000 muertes por armas
de fuego que se producen cada año en EE.UU. fueron suicidios.
Lo que preocupa a los profesionales de la salud y a las
autoridades es el alto nivel de efectividad que tienen las pistolas y los
fusiles comparados con otros métodos: el 85% de los intentos de suicidio con
armas de fuego acaban en muerte, mientras que tan sólo un 2% de los que se
llevan a cabo con pastillas son exitosos.
Los psiquiatras y psicólogos hacen hincapié en que, si bien
se deben examinar los motivos que llevan a alguien a querer quitarse la vida,
también es importante analizar cómo la persona ha intentado suicidarse.
Es por ello que la Escuela de Salud Pública de la
Universidad de Harvard ha puesto en marcha el proyecto Means Matter (los medios
importan), para poner de relevancia el papel que las armas juegan en los
suicidios.
"No es tan sencillo morir"
Las armas están presentes en un 55% de los suicidios que
acaban en muerte en EE.UU.
"Hay una tremenda disparidad en el porcentaje de
muertes en función del método que se elige para el suicidio. No es tan sencillo
morir en un intento de suicidio y las armas sin duda lo hacen más fácil",
le dijo a BBC Mundo Catherine Barber, directora de Means Matter.
Según Barber, la mayoría de los que quieren quitarse la vida
invierten poco tiempo en planear el suicidio. Todo suele ser fruto de un
impulso y si el método elegido es un arma, hay pocas posibilidades de que el
suicida pueda arrepentirse de su decisión.
"He analizando cientos de suicidios y lo que más me
llama la atención es que en muchos de los casos el día en que se llevó a cabo
el suicidio ocurrió un evento que actuó como detonante. Una ruptura
sentimental, una discusión en casa, problemas en la escuela…".
"Los pensamientos suicidas no suelen durar mucho
tiempo. Aparecen y luego puede que no regresen. Sólo una minoría de personas se
mantiene en estado suicida durante un largo periodo de tiempo", destaca
Barber.
"Los pensamientos suicidas no suelen durar mucho
tiempo. Aparecen y luego puede que no regresen. Sólo una minoría de personas se
mantiene en estado suicida durante un largo periodo de tiempo"
Catherine Barber, Universidad de Harvard
En un estudio de 2005 realizado con un grupo de personas que
sobrevivieron a un intento de suicidio, una cuarta parte de los entrevistados
dijo haber planeado el acto suicida durante menos de cinco minutos.
Además, según explica Barber, otras investigaciones señalan
que un 90% de las personas que intentan quitarse la vida sin éxito nunca
acabarán muriendo por esta causa. De acuerdo con la especialista, tan sólo un
10% cumplirá su propósito.
Las cifras de los Centros para el Control y Prevención de
Enfermedades ponen en evidencia la efectividad de las armas de fuego: pese a
que en EE.UU. poco más de un 5% de los intentos de suicidio se realizan con
armas, estas están presentes en un 55% de los suicidios que acaban en muerte.
Los expertos destacan que el papel fundamental que tienen
las armas queda también demostrado por el hecho de que en los estados con un
mayor número de propietarios de pistolas y fusiles se registran más suicidios.
A más armas, más suicidios
Los expertos creen que se ha de limitar el acceso a las
armas de fuego a las personas que atraviesan un mal momento.
"Los suicidios ocurren en todo EE.UU., pero en los
lugares con una acceso más sencillo a las armas hay un número de suicidios
adicionales", le explicó a BBC Mundo Kenneth Duckworth, psiquiatra y
director médico de la Alianza Nacional para las Enfermedades Mentales.
"Los estados con más armas tienen unos niveles de
suicidio más altos -como Wyoming, Montana, Alaska y Nevada- mientras que los
nueve estados con un menor número de propietarios de armas tienen unas cifras
de suicidio significativamente más bajas", señala el experto.
Según Duckworth, cualquier legislación que se pueda aprobar
en Washington para incrementar el control de armas, hará poco para cambiar esta
realidad. En su opinión, son los profesionales de la salud y los familiares de
las personas con instintos suicidas los que deben actuar, limitándoles el
acceso a las armas de fuego.
Catherine Barber, de Means Matter, comparte este enfoque.
Según explica, "en Reino Unido en los años '60 el uso de gas doméstico era
el método de suicidio más común (meter la cabeza en el horno). Pero cuando
empezaron a reemplazar el gas altamente tóxico por uno menos letal, los
suicidios por esa causa se redujeron un tercio".
"Los estados con más armas tienen unos niveles de
suicidio más altos -como Wyoming, Montana, Alaska y Nevada- mientras que los
nueve estados con un menor número de propietarios de armas tienen unas cifras
de suicidio significativamente más bajas"
Kenneth Duckworth, Alianza Nacional para las Enfermedades
Mentales
"Lo mismo sucedió en Sri Lanka", explica, "en
donde los pesticidas eran el método más común de muerte por suicidio".
"En los años '90 dejaron de importar el pesticida más
letal para los humanos y el porcentaje de suicidios con pesticidas bajó a la
mitad en 10 años".
Ante estas evidencias, en varios estados de EE.UU. las
autoridades están llevando a cabo campañas para que los familiares de personas
que están atravesando momentos difíciles, sepan detectar los síntomas de una
conducta suicida y guarden en un lugar seguro las armas para evitar que sean
utilizadas en un acto impulsivo.
Según informaba recientemente el diario The New York Times,
en lugares como Missouri, Wyoming y Carolina del Norte las autoridades están
repartiendo seguros para colocar en pistolas y rifles, y en Nueva Hampshire las
tiendas está repartiendo folletos con información sobre cómo poner las armas a
buen recaudo, para evitar que familiares y amigos se autolesionen.
Catherine Barber lo tiene claro. "Todo lo que se pueda hacer para
poner tiempo y distancia entre una persona y un método de suicidio altamente
letal como un arma puede ayudar a salvar vidas".
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