Antonio Samudio bruñe el metal con la misma la paciencia y cuidado de hace décadas. A los 75 años, se conserva irreverente y con el pulso firme. Sentado en un banco en el taller Arte Dos Gráfico, de Bogotá, usa un punzón para sacarle olas a una lámina de cobre, en la que 'flota' un barco que recuerda al de la Flotilla de la Libertad, asaltado por el Ejército de Israel, cuando se dirigía hacia Gaza.
"Hay cosas que no deben pasar", dice, mientras limpia la plancha que, luego de entintada, pasará a la prensa y, después, impregnará un papel con ese barco lleno de gente.
Cuando viene a Bogotá (vive en Venezuela), hace grabados sobre temas de actualidad, casi siempre, porque para los otros está la pintura. Esa que muestra desde este jueves en la Galería Sextante.
Pinturas o paisajes muestra sus cuadros recientes: serenos, de colores planos y con humor; como aquel en el que una pareja se mira, con una manzana entre ambos, para pasar a otro en el que la manzana está mordida y la mujer, en embarazo.
La obra de Samudio tiene erotismo y mujeres desnudas seguras de sí.
¿Por qué el desnudo fascina?
El desnudo es el mejor paisaje. Cuando la mujer se viste, uno queda solo. La mujer es el centro de uno.
Pero más allá de pintar parejas, bodegones y desnudos, ha sido rebelde...
Pues sí, es posible. Uno tiene un concepto de la vida y muestra lo que no se apega a la justicia. En Colombia, la injusticia es impresionante. Nacemos con el karma de que hay que engañar a los otros.
Usted es de la 'Generación de los maestros': Botero, Rayo, Obregón. ¿Fue un 'boom' del que usted no hizo parte?
No fui del boom porque no me interesaba lo que pasaba ahí.
Estaba empeñado en la 'fiebre mística' de pintar que, me atrevo a decir, se pierde con el tiempo. El mundo de uno es su guarida y sus amigos. Era muy amigo de Rayo. He sido amigo de poetas y escritores: Manuel Mejía Vallejo, Juan Manuel Roca (a quien acaba de ilustrar un libro), Samuel Vásquez (dramaturgo), Santiago Espinosa (poeta). No me interesaba el mundo de los pintores. Yo pintaba.
¿Cómo que se acaba la mística?
La pintura, como la mujer, si se va, cuesta mucho recuperarla. La pasión es vivir trabajando y la mística es primordial.
¿Cómo ve el mundo?
"En este exceso de madurez llegan decepciones, desasosiego, crece la angustia. Uno ve el mundo como irreal: ocho años de Uribe es algo irreal. Hay mucho escepticismo. De joven tienes los sueños; con los años llega la decadencia. Uno ya no se sacrifica".
Al verlo bruñendo su mar y viendo cómo se le alegra el rostro, no parecen serias algunas quejas que expresa por lo intenso de su labor como artista. Esos lamentos pierden todo su valor cuando responde la última pregunta:
¿Y pinta todos los días?
Hasta los domingos, porque, ¿qué más hace uno un domingo?
¿Dónde y cuándo?
'Pinturas o paisajes', de Antonio Samudio. Galería Sextante. Carrera 14 No. 75-29, Bogotá. Inauguración, hoy, 7 p.m. Informes en el teléfono: 249-4755.
DIEGO GUERRERO
CULTURA Y ENTRENIMIENTO
F eltiempo.com
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