viernes, 3 de septiembre de 2010

Hollywood tú a tú / Amanda Seyfried, de niña buena a prostituta cotizada

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El estreno este año de tres de sus películas nos muestra diferentes facetas de la actriz norteamericana de 24 años: la dramática historia de 'Querido John' (que estuvo en cartelera en abril).

El romanticismo puro de 'Cartas a Julieta' (en cines a partir del 10 de septiembre) y el erotismo de 'Chloe' (estreno el 15 de octubre). El camino ya lo conoce. Ahora solo le falta conseguir su propio Oscar.

En medio de una nueva generación de estrellas, más allá de Miley Cyrus (Hannah Montana), Ashley Tisdale (High School Musical) o Kristen Stewart (Crepúsculo), el cine descubrió a otra jovencita: Amanda Seyfried, que ya había entrado por la puerta grande de Hollywood gracias al musical Mamma Mia, a la par de otros grandes como Meryl Streep y Pierce Brosnan. Considerada como una de las mejores actrices del grupo, incluso estuvo en la entrega del Oscar presentando el Premio a la Mejor Canción, resultó elegida como una de las mejor vestidas de la noche.

Con apenas 11 años le empezó a interesar la actuación. Hasta los 17 trabajó como modelo en diferentes campañas publicitarias, mientras tomaba clases de canto. Apareció como extra en la serie de televisión Guiding Light, hasta que le dieron un papel con continuidad en As the World Turns. Su gran debut en cine fue en 2003, cuando le ganó el personaje en Chicas pesadas a Ashley Tisdale (la mala de High School Musical), obteniendo con Lindsay Lohan el premio MTV a Mejor Grupo Cinematográfico.

Con Nueve vidas (escrita y dirigida por el colombiano Rodrigo García) la premiaron como Mejor Actriz en el Festival Internacional de Cine de Locarno. En el superéxito Mamma Mia se lució resucitando las viejas canciones de ABBA (muchísimo mejor que Meryl Streep y Pierce Brosnan). El año pasado llamó más la atención con un apasionado beso que le dio Megan Fox en Diabólica tentación. Y tampoco tuvo reparos en repetir escenas eróticas con Julianne Moore, en Chloe.

¿Tuviste alguna preparación especial para las escenas de desnudo de tu personaje de prostituta en Chloe?

Yo sabía que era algo muy fácil de arruinar si no me preparaba lo suficiente, en comparación con las otras películas donde los personajes se parecen más a mí. El director había hablado con algunas prostitutas de Nueva York y creo que también en Toronto. Y me lo explicó después a mí.

¿Cómo experimentaste ese mundo?

Resultó bastante interesante porque fue muy abierto en toda la información que necesitábamos y ellas estuvieron dispuestas a compartirlo con nosotras. Igual pasa con mi rol, Chloe quiere compartir esa parte de su vida, porque cree que se justifica. Si te preguntaran sobre tu trabajo, seguramente no te atreverías a contar tantas intimidades como ellas. Pero también ayudaron Julianne (Moore) y Liam (Neeson) porque son muy buenos en lo que hacen, me facilitaron mucho mi trabajo.

¿Cómo seleccionas tus trabajos? ¿Hasta qué nivel se siente la responsabilidad de contar historias femeninas que tengan que ver con tu punto de vista?

Supongo que siempre es algo positivo, pero las películas que acepto se basan en muchas otras cosas: el tiempo, los horarios, quién dirige, la clase de personaje que me toca y las personas que van a trabajar conmigo. Si todo funciona, termina siendo el proyecto perfecto. Claro que el guión también tiene que ver con el personaje. Siempre depende. La película Diabólica tentación, por ejemplo, la hice porque me pareció diferente. Me encantó que fuera como un cambio para el género. Amo todo lo que parezca único. Y la película Querido John se cumplió porque quería trabajar con Lasse Hallström. También hice Chloe porque me pareció una oportunidad muy extraña, completamente diferente. Aceptar me pareció obvio.

¿Hay alguna escena de tus películas que se te haya grabado en la memoria como un tatuaje?

Cuando era chica vi muchísimas veces Romeo + Julieta, de Baz Luhrmann. Esa película me llevó a la pasión que tengo por estar ahí arriba. Ahora, que hice Cartas a Julieta, entendí por qué quise hacer lo que hoy quiero hacer. Era una clásica historia de amor, pero fue muy poderosa para mí. Yo solía pararme frente al espejo, me ponía algo blanco, me tiraba el pelo para atrás y trataba de imitar como si viera a través de una pecera. Me encanta cómo el amor puede evocar a alguien tan joven, como cuando ellos están en el elevador besándose. Lo que tenían, lo que compartían... No sé por qué, pero fue algo muy poderoso. Durante dos años interpreté esa misma escena; hasta escribí las frases de la película. Y no te miento: por eso mismo, hoy estoy donde estoy.

"Mi tatuaje dice 'Minge', es un apodo que se convirtió en un término simpático, así le dicen en Gran Bretaña a la vagina. Realmente no me tomo las cosas tan en serio y dije ¿Por qué no? Quería ver lo que se sentía tener un tatuaje. Un par de amigas mías también lo tienen".

¿Caperucita Roja o Amanda Feroz?

Por estos días Amanda Seyfried graba en Vancouver, Canadá, la reinventada historia de Caperucita Roja, con un tinte gótico, de la mano de la directora de Crepúsculo, Catherine Hardwicke, y la producción de Leonardo DiCaprio. En esta ocasión, una joven, Valerie (Seyfried), tendrá que defender su amor con un leñador huérfano, no muy querido por los habitantes de la aldea, mientras su familia la presiona para que se case con otro hombre por conveniencia. El estreno del filme está estimado para el 4 de abril del próximo año, por lo menos en Estados Unidos.

Por Fabián W. Waintal ©Copyright 2010.


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